lunes, 11 de noviembre de 2013

Inteligencia colectiva

Si nos atenemos a la etimología, inteligencia significa “saber escoger”. Es decir, aquella persona capaz de elegir la mejor opción para resolver un problema es, etimológicamente hablando, inteligente. Pero hay más. Porque en nuestro wikimundo, tan conectado y colaborativo, esta cualidad no es tan individual como nos dice su origen, aunque sigue siendo crucial saber escoger. En este caso, elegir el entorno, las compañías y el ambiente en el que podamos desarrollar y contribuir con nuestras habilidades. Pero también ser capaces de enriquecernos de las inteligencias y capacidades de quienes nos rodean.

Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones no conectamos de una forma voluntaria y consciente. Simplemente pasa… o no. Cuando sucede, decimos que hay feeling o química. Cuando no, nos desesperamos porque no entendemos qué nos ocurre, por qué parecemos tan tontos y poco útiles cuando estamos con esa persona, ese grupo de conocidos o en ese equipo de trabajo.

Si queremos ser capaces de conectar nuestra inteligencia con la de los demás, necesitamos vibrar en la misma frecuencia. Sincronizanos. Esto, aparentemente nada complicado, es lo que frustra la gran mayoría de relaciones humanas, dejándonos aislados, enfadados y tristes. Sin embargo, la teoría es sencilla.
Tú primero. Da igual que sea entre personas o civilizaciones extraterrestres, para establecer contacto es esencial que alguien lance la primera señal.
Escucha activa. Ahora que hemos lanzado la señal, debemos interesarnos sinceramente por cómo son las personas con las que queremos conectar.
Interés genuino. Para que la escucha activa funcione es imprescindible que mostremos un interés genuino. No vale hacerlo ver
Empatía. Ahora que nos conocemos y nos interesamos por los demás, nos resultará mucho más sencillo sentir , ponernos en su lugar.

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